Recuerden la importancia del sustento teórico de su examen. Una vez que tengan el material de sus personajes, ya sea en video, grabaciones o texto y fotos, acudan a las lecturas de cultura urbana y de los temas adicionales que crean apropiados para darle forma, sólo allí su trabajo tendrá sentido como un REGISTRO DE IMAGINARIOS SOBRE LA CIUDAD.
Aquí recomiendo las etiquetas más importantes.
Comunicación 4 | UCG | Marisabel Manrique
Blog de la materia | Ayudante de Cátedra: Camila Carrión @camilala9
martes, 18 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
Trabajo de recuperación para quien lo necesite:
Elige cualquiera de los siguientes cortometrajes (Si tienes problemas con el inglés, el número 2 es prácticamente mudo).
Haz un análisis del corto, apoyado en las ideas revisadas sobre Culturas Juveniles, Cultura Mundo, Hípermodernidad, Híper Consumo y demás referentes que creas necesarios para tu tema.
Incluye citas para sustentar tus comentarios y/o cuestionamientos.
Envía tu documento al mail marisabbel@gmail.com hasta el lunes 17 de diciembre.
Con este trabajo puedes reemplazar tu nota más baja.
1) Iran, a Nation of Bloggers
2) Losers
Instructivo para EXAMEN FINAL
Recoger
y analizar los imaginarios sobre Guayaquil*1, de dos personajes contrapuestos*2.
1) Presentarlos
en un formato atractivo que comunique de la mejor manera la visión de cada
personaje: grabación de audio, video o foto reportaje. (Se aceptan propuestas
de soportes creativos). El material debe estar editado y trabajado. Debe
notarse esfuerzo y profundidad conceptual.
2) Adjuntar un análisis escrito (mínimo dos
carillas de word tamaño de letra 12) del discurso de los personajes, sustentado
en la teoría de la materia desde comienzo de año hasta ahora, de acuerdo a sus
respuestas.
Instrucciones
específicas:
- El examen es individual o en
parejas*3
- El formato de entrega es: un
documento escrito colocado en una carpeta con su nombre y el soporte de la
pieza madre donde se recogen los imaginarios, cd, pendrive o material impreso.
- ¿Qué temas debo tocar con los
entrevistados?: lo que piensan de la
ciudad, qué es Guayaquil para ellos? cómo se sienten en relación a la ciudad y
dentro de ella. Cómo y dónde son sus desplazamientos/recorridos dentro de la ciudad?
Cómo es el Guayaquil que ellos viven?
OJO: No se trata de un testimonio de si Guayaquil “es bonito o feo, si
está bien o está mal”. Por favor no caer en dualidades obvias. No es un trabajo que se centra en alabar o
rechazar la administración de la ciudad. Este tema puede aparecer lógicamente, pero no es el eje central.
Fecha
de entrega:
Hasta el 21 de diciembre a las 7pm en la
Facultad de Comunicación.
¡¡LÚZCANSE!!
*1: El eje central
del tema es la ciudad, Guayaquil y la relación personal, INTIMA del
personaje con su ciudad. Cualquier desvío del tema debe estar justificado.
*2: Personajes que
estén en situaciones opuestas ya sea por su idiosincrasia, estilo de vida, gustos,
edades, actividades, preferencias es decir: no sólo clase social.
*3: No podrán
trabajar en parejas aquellos que ya lo han hecho varias veces a lo largo del
semestre: Ej.: Mejía y Murillo, Sotomayor y Quiroz, Bayas y Guerrero, Morán y
Macías, Borbor y Gaete. La profesora
tiene la “potestad real” de aprobar o desaprobar parejas.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Armando Silva: Imaginarios Urbanos
(apuntes editados como material de clase)
TEORIA DE IMAGINARIOS URBANOS.
(Imagen: Artista Marita Ibañez)
La teoría de los imaginarios urbanos trata de explorar las condiciones perceptivas y cognitivas que caracterizan la vida urbana en las sociedades contemporáneas. Unas sociedades marcadas por el espectacular desarrollo que han experimentado las tecnologías digitales y por el papel clave que desempeña la información en todas las esferas de la vida de los ciudadanos. Ese desarrollo nos obliga a repensar muchas de las definiciones de conceptos como espacio público o ciudadanía propuesto por disciplinas "modernas y completas" como la antropología, la sociología o el urbanismo. "En el contexto actual, explicó Armando Silva, se produce un desplazamiento en la identidad del sujeto que protagoniza la construcción social. Ya no es la comunidad, sino el individuo, ya no es la masa (el pueblo, la nación, la clase obrera...), sino la multitud (concebida desde una dimensión lingüística como enunciación, o desde una dimensión política, cercana a la perspectiva de Toni Negri, como conjunto de subjetividades autónomas pero interconectadas en red) o el grupo (entendido como proyección de unos intereses colectivos que forman una comunidad social transitoria y trans-urbana)".
En su presentación del seminario-taller
Imaginarios urbanos: hecho público, Armando Silva, escritor con PhD en
Filosofía y Literatura Comparada de la Universidad de California y estudios
doctorales en Semiótica y Psicoanálisis en la Ecole de Hautes Etudes en
Ciencias Sociales de Paris y en la Universidad de Roma, explicó que su teoría
de los imaginarios urbanos se configura alrededor de un juego de seis
combinaciones que interactúan entre sí como un mapa lógico y nos permiten
distinguir la ciudad de la modernidad de la urbe contemporánea (caracterizada,
entre otras cosas, por sus múltiples y variables ejes de articulación, su
crecimiento difuso y fragmentado y su carencia de centro).
- El primer juego de oposición parte de
la premisa de que, en la actualidad, lo urbano no es sólo una categoría
geográfico-espacial, sino, ante todo, un territorio simbólico, en permanente
construcción y expansión, que excede los límites físicos de lo que
tradicionalmente se ha considerado ciudad. En la sociedad contemporánea, la
definición de ciudad se basa más en criterios temporales que espaciales. Por
ello, la teoría de los imaginarios urbanos plantea la necesidad de pasar de una
ciudad pensada en el espacio a un urbanismo ciudadano pensado en el tiempo. En
este sentido, Armando Silva recordó que el escritor argentino Jorge Luis Borges
ya aseguraba que era posible imaginar un mundo sin espacio, pero no un mundo
sin tiempo. "Porque el espacio es externo y, de algún modo, ajeno al
individuo, pero el tiempo está en los sujetos: es lo que pasa, como lo
entendería Heidegger; o los que nos sucede, como lo dimensiona Freud",
explicó Silva. Actualmente, la sociedad está experimentando un profundo proceso
de desterritorialización que, en su opinión, hace que en la investigación sobre
las nuevas realidades urbanas, el foco de atención analítico se desplace desde
la arquitectura a las culturas.
- Uno de los hechos más significativos
del mundo contemporáneo es que, por primera vez en la historia del ser urbano,
se está desarrollando un urbanismo sin ciudad. "Pues los ciudadanos,
explicó Silva, se urbanizan sin necesidad de vivir en ciudades. O al menos, sin
vivir en ciudades con límites precisos, centros históricos y/o comerciales
reconocibles y una distribución radial (el modelo de ciudad que ha imperado en
Occidente durante la era moderna)". Por ejemplo, más de la mitad de la
población de EE.UU vive en localidades plenamente urbanizadas, pero que carecen
de todos los atributos con los que tradicionalmente se ha identificado a las
ciudades. También el surgimiento de megalópolis como México D.F. o Sao Paulo
-que han crecido de forma incontrolada por la incorporación desordenada de
sucesivos núcleos poblacionales a lo largo de las últimas décadas del siglo XX-
está relacionado con la expansión y consolidación de ese urbanismo sin ciudad.
Además, no hay que olvidar que
actualmente, gracias a la tecnología, una persona puede acceder sin moverse de
su casa -esté ésta donde esté- a muchos bienes y servicios que hasta hace poco
tiempo sólo se ofrecían en las grandes ciudades: desde espacios de encuentro
con individuos de gustos y aficiones parecidas (los chats y foros se han
convertido en nuevas plazas públicas de la sociedad red) a servicios
administrativos, burocráticos y financieros (en los últimos años, Internet se
ha llenado de oficinas virtuales). "De hecho, señaló Armando Silva, en
algunas zonas de EE.UU, ya se han tenido que poner en marcha iniciativas
públicas para potenciar el uso físico de las ciudades, mientras en América
Latina crece la preocupación por el abandono de sus centros históricos".
A juicio de Armando Silva urbanizar es
mucho más que poblar el mundo de ciudades. "La urbanización, explicó,
genera paradigmas cognitivos y normas sociales que determinan nuestro
comportamiento y nuestras relaciones con los demás". Así, tras los
atentados a las Torres Gemelas de Nueva York, el poder está intentando
urbanizarnos en el terror y para ello están favoreciendo la creación de
auténticas "ciudades (y edificios y casas y apartamentos) fortalezas"
dotadas de herramientas tecnológicas que permiten controlar y vigilar los
movimientos de los ciudadanos (a los que se convierte, automáticamente, en
individuos sospechosos). "En este contexto, advirtió Silva, el miedo ya no
es sólo un instrumento que utiliza el poder de forma excepcional para encauzar
situaciones conflictivas, sino que encarna el rostro cotidiano del poder
contemporáneo". Si antes se nos identificaba con un análogo físico, una
foto (que representaba el símil de uno mismo), a día de hoy, en ciertos aeropuertos,
uno de los espacios más globalizados que existen (y donde todos somos
sospechosos), se nos puede identificar por un elemento químico: el ADN. Se pasa
así de un proceso de identificación montado sobre la iconografía a otro que
utiliza restos del cuerpo. "Es decir, subrayó Silva, de lo similar -una
imagen fotográfica-, a lo deducible en un laboratorio -un pedazo de mí
materialidad corpórea, el ADN-. De lo indicial a la certeza".
- Frente a la noción (ya desgastada por
el uso mediático y político) de globalización, Armando Silva prefiere hablar de
expansión de culturas trasnacionales. "La amenaza, señaló, de que la
globalización aplastaría las identidades locales propiciando una total
homogeneización cultural, no se ha cumplido. Sin embargo, nadie puede dudar de
que cada vez hay más fenómenos culturales transnacionales". Por ejemplo,
jóvenes de países muy distintos y distantes comparten los mismos referentes
culturales, vistiéndose de una manera similar, escuchando músicas semejantes y
reuniéndose en espacios -físicos y virtuales- muy parecidos (centros
comerciales, chats...).
En el mundo contemporáneo, el
Estado-nación, concebido como "unidad de destino en lo universal", ha
entrado en crisis. Y si en la modernidad, la mayor parte de las relaciones
entre países distintos se producía a nivel estatal, a día de hoy, cobran cada
vez más fuerza y protagonismo las alianzas estratégicas que se establecen entre
ciudades. "Como ocurre en este proyecto, señaló Armando Silva, que
relaciona Buenos Aires con Bogotá, Lima o Sevilla, y no Argentina con Colombia,
Perú o España". A su vez ha entrado en crisis el concepto de "espacio
público" (heredado de la Revolución Francesa), apareciendo fenómenos como
las llamadas "ciudades corporación" o los Centros Comerciales que,
aparentemente, son "públicos", pero tienen reservado el derecho de
admisión. También Internet o los sistemas de televisión digital representan
actualizaciones contemporáneas de ese noción de "espacio público"
(que no es algo que venga dado, sino que se tiene que conquistar), pues ambos
medios permiten el desarrollo de nuevos conceptos de vecindad, donde se mezcla
el interés por lo local con la posibilidad de acceder a informaciones, debates
y productos generados en puntos remotos del planeta. Todo esto hace que
distintos autores e investigadores (desde el catalán Manuel Delgado al
latinoamericano García-Canclini) vean en la defensa y reivindicación de este
"espacio público" una de las principales estrategias para propiciar
una mayor democratización de nuestras sociedades.
- La teoría de los imaginarios urbanos
se construye sobre la tesis de que en las últimas décadas se ha producido un
importante giro en la economía de las sociedades occidentales (y, por
extensión, del resto del planeta), pasándose de un capitalismo basado en la
producción a un capitalismo basado en el consumo. "Según el psicoanálisis,
recordó Silva, el sexo se enmarca en el ámbito de las pulsiones, no de los
instintos (que son aquellas necesidades que tenemos que satisfacer obligatoriamente
para poder sobrevivir: es decir, beber, comer y soñar). Y por analogía, el
consumo es pulsión: la compulsión a la compra". En la modernidad, la
organización económica capitalista respondía a criterios racionales. Sin
embargo, a día de hoy, el sistema productivo capitalista no trata de satisfacer
las necesidades de los sujetos, sino que se dirige a sus pulsiones y deseos. El
sistema de producción corporativo de hoy es absolutamente racional, pero para
los ciudadanos el consumo es emocional "Antes, indicó Armando Silva, los
niños y niñas tenían un muñeco, ahora poseen decenas, miles de barbies
coleccionables. Y cada cierto tiempo (cumpleaños, navidades...) van recibiendo
nuevos regalos a los que, con frecuencia, ni siquiera prestan atención".
En esta nueva fase del capitalismo, han
aparecido fenómenos como el "shopping" que consiste, no exactamente
en ir de compras, sino en "pasear la ciudad" haciendo escala en
algunos de los nuevos templos de las urbes contemporáneas -los grandes almacenes
y los centros comerciales- con la ilusión de consumir algo. Según Armando Silva
la irracionalidad consumista está en la propia base de la sociedad
contemporánea. Una irracionalidad que nos conduce a una situación paradójica:
no se puede consumir tanto porque el mundo no tiene recursos suficientes; pero,
al mismo tiempo, no se puede dejar de consumir porque entonces se desmoronaría
la maquinaria productiva que permite la supervivencia del sistema (y, por
tanto, la supervivencia de los mismos trabajadores).
- A la teoría de los imaginarios urbanos
no le interesa, por tanto, enfocar la "ciudad real", sino la ciudad
imaginada que no se define en términos geográficos y administrativos, sino en
términos psicológicos y simbólicos. Armando Silva parte de la certeza de que el
orden imaginario desempeña un papel clave en la vivencia y percepción de una
ciudad.
A su juicio, en las sociedades
contemporáneas, la construcción de estas ciudades imaginadas se encontraría
determinada por este juego de seis combinaciones que interactúan entre sí para
definir el paso de una sociedad pensada en sus hábitos sociales hacia otra
pensada en las pulsiones psicológicas, adelantando así las precondiciones
dentro de las cuales se escenifican los imaginarios sociales: espacio / tiempo;
ciudad / urbanismo; localidad / globalidad (o mejor transnacionalidad); imagen
analógica / imagen pos-icónica; producción / consumo; ciudad real / ciudad
imaginada.
En el primer escenario se marca la
desterritorialización del lugar arquitectónico como objeto físico y el paso
hacia una noción de red y de interacción perceptiva. En el segundo, el
desarrollo de "urbanismo sin ciudad" como situación particular de la
época en donde no se requiere vivir en un casco citadino para ser urbano y
sujeto a la urbanización. En el tercero, los efectos de la superación de los
límites de las ciudades, de las naciones, de los lugares, para ceder a un orden
trasnacional que reelabora lo local en lo económico, lo mediático, lo
tecnológico y lo cultural. En el cuarto, la redefinición del estatuto de la
imagen de naturaleza analógica ante otra en que ya no se basa en la
reconstrucción de una semejanza a un objeto que busca representar en su
iconicidad, sino en un código matemático que surge de cálculos numéricos y que
arroja más bien similitudes (no semejanzas) para concebir nuevos percepciones
pos-icónicas.
En el quinto escenario, nos
encontraríamos ante el paso de una sociedad de la producción propia de la
modernidad industrial a otro modelo fundado en el consumo, en el cual la
fabricación de productos, sean de naturaleza física o virtual, se dispara a
limites "irracionales" (e inmedibles), pues ya no se trata de vender
ni de producir de acuerdo a "necesidades reales". Y en el sexto
escenario, nos topamos con la emergencia de un nuevo "urbanismo
ciudadano" que vive las ciudades según los imaginarios que los habitantes
hacen y comparten de ella, donde las percepciones grupales generan los nuevos
croquis ciudadanos y desde donde se puede pensar en conquistas sociales basadas
en deseos subversivos.
Estos puntos de vista ciudadanos, donde
los habitantes se urbanizan por ser ellos quienes las colman de sentidos, van a
desplegar muchas polifonías narrativas que hacen que la ciudad pueda ser
definida en calidad de un efecto imaginario de lo urbano (que viene desde
afuera y afecta a la ciudad urbanizándola). En fin, se fortalece el paradigma
de una ciudad imaginada propia de las mentalidades sociales y de materia etérea
que se sobrepone muy fuertemente a la ciudad física, más ligada a la tierra y
al soporte físico. La necesidad de abordar estos nuevos fenómenos urbanos
utilizando paradigmas psicológicos se explica en cuanto que las relaciones
entre individuo y sociedad quedan replanteadas a partir de nuevas cargas, tanto
en lo económico como en lo social, que recaen, en gran medida, sobre los
hombros de los sujetos individuales.
Las ciudades imaginadas se contraponen
así a la ciudad real, pero Armando Silva cree que "eso que llamamos
realidad, se produce más en las ciudades imaginadas que en las reales".
Por ejemplo, si en google pones Aracataca (la "ciudad real" en la que
nació García Márquez), salen muy pocas entradas; pero si introduces la palabra
Macondo (la "ciudad imaginada" por el autor de Cien años de soledad),
aparecen decenas de miles de registros. O como lo podemos ver en los avances de
los nuevos formatos televisivos (Reality, Talk Shows o concursos
espectaculares) que parecen cada vez mas concentrarse en los límites que pone
la misma pantalla, antes que en la realidad referencial (u objetiva),
instaurando una hiperrealidad imaginada que se ofrece como un equivalente de la
realidad. Investigadores del medio (como G. Imbert) se preguntan si la
televisión no se ha olvidado en su nueva fase del "mundo objetivo",
para recrear una escenificación de una realidad cada día mas autoreferencial (o
imaginada) dentro de una estructura comunicativa tan especular como
espectacular.
Por todo ello, la teoría de los
imaginarios urbanos -que Armando Silva describe como una "nueva
antropología del deseo ciudadano"- no busca verdades constatadas, sino
creencias compartidas (construcciones sociales). "Es una teoría, explicó
Armando Silva, que parte de la convicción de que en una ciudad hay muchas
ciudades hechas por puntos de vistas ciudadanos (la ciudad de los hombres y de
las mujeres, de los homosexuales y de los heterosexuales, de los niños y de los
mayores, de los ricos y de los pobres...), pues la experiencia urbana
contemporánea no es genérica, sino que está fraccionada". Los imaginarios
urbanos no pertenecen ni a individuos concretos, ni a la sociedad en su
totalidad. Son colectivos y reflejan los deseos, miedos, creencias y
sentimientos en general de grupos específicos de ciudadanos (las mujeres, los
niños, los emigrantes...).
De este modo, el objetivo de este
proyecto no es diseñar mapas empíricos que ofrezcan una representación global y
cerrada de la "ciudad real", sino crear "croquis"
-provisionales y variables- en los que se muestren distintas percepciones y
prácticas urbanas que conviven en una misma localidad. Siempre teniendo en
cuenta que dichas percepciones y prácticas están condicionadas tanto por la
experiencia grupal como por la imagen de la ciudad que construyen los medios de
comunicación (televisión, prensa, radio) y los relatos literarios y cinematográficos.
Los imaginarios urbanos son plurales y
polisémicos y, por tanto, exigen un abordaje teórico-práctico flexible y
multidisciplinar. "En una primera fase de la investigación, recordó
Armando Silva, nos centramos en la dimensión comunicativa de estos
imaginarios". Después, analizaron su potencial estético, vinculando
algunas producciones de este proyecto con propuestas de arte público (incluso
llegaron a presentar la investigación en el marco de la Documenta 11 de
Kassel). En el momento actual, también conciben los imaginarios como hechos
políticos capaces de generar "efectos ciudadanos que permiten una mayor
democratización de la sociedad". "En La Paz (Bolivia), ejemplificó
Silva, centenares de ancianos, parodiando los desfiles de las reinas de la
belleza, se manifestaron desnudos por una de las avenidas principales de la
ciudad (El Prado) para reclamar que se les pagara sus pensiones. De este modo,
utilizaban sus propios cuerpos desvencijados para mostrar simbólicamente su
miseria. Ese gesto performativo que jugaba con los imaginarios urbanos de la
capital andina, tuvo un enorme efecto político".
La teoría de los imaginarios urbanos
trata de estudiar cómo se enuncia (cómo se significa en una colectividad) la
ciudad desde una serie de determinantes narrativos (de puntos de vistas
ciudadanos) que, evidentemente, se cruzan entre sí. Tres de estos determinantes
proceden de las teorías sociológicas tradicionales: el género (que nos permite
conocer la ciudad masculina, femenina, gay...); la clase social (un factor
especialmente significativo en América Latina, donde las diferencias de clase
están muy acentuadas); y la edad (siguiendo la división en cuatro grandes
grupos propuesta por la UNESCO: 0-14 años, niños; 15-29 años, jóvenes; 30-65
años, adultos; más de 65 años; mayores). "A modo de ejemplo, indicó
Armando Silva, podemos decir que hay espacios urbanos en todas las ciudades que
son percibidos como muy peligrosos por las mujeres (sobre todo por las jóvenes)
y no por el resto de la población". Otros determinantes que se tienen en
cuenta son la formación académica, la ocupación profesional (la ciudad de los
oficinistas es muy distinta a la ciudad de los repartidores o de los obreros) o
la procedencia geográfica (por ejemplo, hay claras diferencias entre cómo
perciben una ciudad sus habitantes autóctonos y cómo la imaginan los
inmigrantes que acaban de llegar a ella) de los encuestados.
En los formularios, se mezclan preguntas
genéricas (que son comunes para todas las ciudades), con cuestiones concebidas
específicamente para cada localidad. De este modo, los formularios nos
proporcionan información concreta sobre, por ejemplo, qué tipo de transportes
utilizan los jóvenes sevillanos, cuál el punto de encuentro de los más mayores
en Montevideo o si en Lima existen espacios de ocio vedados a las clases más
acomodadas (y viceversa). Pero al ser procesados como registros numéricos e
introducidos en una base de datos, también nos permiten llevar a cabo estudios
comparativos entre las distintas culturas y ciudades analizadas.
Aunque utiliza herramientas
metodológicas de las ciencias sociales, la teoría de los imaginarios urbanos no
es estrictamente científica. No pretende buscar verdades, sino detectar
creencias compartidas. Y no importa que dichas creencias sean reales o
irreales, porque esta teoría se construye en el campo de lo simbólico, no de lo
empírico. "En cualquier caso, subrayó Armando Silva, se intenta ser lo más
riguroso posible. Por ejemplo, en la elaboración de los formularios se tiene
mucho cuidado, evitando que la redacción de las preguntas condicione las
respuestas que dan los entrevistados".
En estas investigaciones sobre los
imaginarios urbanos -que se pueden identificar con el fuera de campo de la
fotografía (pues son invisibles, pero activan la visibilidad)- el trabajo con
imágenes es muy importante. Por un lado, se recapitulan y analizan documentos
gráficos y audiovisuales pre-existentes sobre las ciudades estudiadas. Por otro
lado, se apuesta por la creación de producciones visuales propias. En ambos
casos, las imágenes son analizadas desde una perspectiva semiótica (con fuerte
referencia a Charles Peirce) para encontrar qué hay en ellas de contenido
social -de pose o studium, en la terminología de Roland Barthes- y qué de
contenido puramente visual (de punctum, siguiendo con la terminología del autor
de La cámara lúcida). A su vez, en el marco de estas investigaciones se
organizan recorridos por la ciudad, al estilo del flâneur (paseante) descrito
por Baudelaire y Walter Benjamin. Igualmente se llevan a cabo seguimientos
visuales de puntos concretos de la ciudad (mediante una observación
pormenorizada de sus cambios a lo largo del tiempo).
Por otro lado, desde la convicción de
que el imaginario de una ciudad también está en los "cachivaches" que
genera, se realizan las llamadas "arqueologías citadinas",
excursiones por el entramado urbano para recoger y catalogar todo tipo de
"objetos" (desde ruidos y voces a tarjetas postales, pasando por
carátulas de discos o muebles abandonados...) característicos de las
localidades estudiadas. "Estos objetos residuales, subrayó Silva, nos
permiten desentrañar la evolución de los gustos y de los intereses de los
habitantes de las ciudades analizadas, poniendo en marcha una especie de
operación deconstructiva que, con frecuencia, nos lleva al origen de ciertas
actitudes y tendencias detectadas en los formularios".
También se analiza cómo se ve y se
representa en cada ciudad las otras ciudades incluidas en el estudio.
"Hemos observado, señaló Armando Silva, que hay un gran desconocimiento
sobre cómo son el resto de las ciudades". En este sentido sorprenden
algunos datos. Por ejemplo, numerosos encuestados de Bogotá no tenían ninguna
referencia de Quito y sólo asociaban a Asunción con golpes militares y fútbol.
A su vez, en Barcelona (única ciudad europea que, hasta el momento, se ha
incluido en el estudio, aunque tras la incorporación de Sevilla existe la
posibilidad de extender la investigación a otras localidades de la cuenca
mediterránea), mucha gente se imagina Sao Paulo como una ciudad festiva y
pasional (confundiéndola con Río de Janeiro), mientras piensa que Bogotá (que
está a más de 2.500 metros de altitud) es un lugar cálido y soleado, como si
fuera una ciudad del Caribe.
Pero además de realizar estas tareas de
investigación y documentación -en las que, hasta ahora, han participado más de
400 personas-, Ciudades imaginadas se ha concebido en todo momento como un
proyecto propositivo. "Nosotros, comentó Silva, no nos contentamos con ser
investigadores sociales, también queremos ser productores de objetos
culturales". En este sentido se sitúan sus propuestas de
"representaciones urbanas paralelas" que incluyen, entre otras cosas,
pequeñas películas en vídeo que deconstruyen los códigos publicitarios para introducir
contenidos subversivos. A su vez, de cada una de las ciudades analizadas se
publica un libro (Bogotá imaginada, Barcelona imaginada...) en el que varios
escritores trasladan a un lenguaje literario los datos que se han ido
recapitulado a través de formularios, recorridos urbanos, análisis de noticias
aparecidas en prensa... "El objetivo de este taller, concluyó Armando
Silva, es montar un equipo de trabajo que explore los imaginarios urbanos de
Sevilla, de modo que en un par de años podamos publicar una primera edición del
libro Sevilla imaginada".
SOBRE PROYECTO EL PROYECTO CIUDADES IMAGINADAS
Comienzo por definir la ciudad que
buscamos dentro del proyecto que presento.
Hoy nos referimos a lo urbano no sólo en
cuanto al casco físico dentro de ciertos límites geográficos, pues no sólo el
mundo se globaliza, sino al mismo tiempo se urbaniza por fuera de las ciudades.
Por ello, la ciudad rompe, excede sus
definiciones tradicionales. No diría que la ciudad sea la urbe entendida como
el lugar donde se construye, sino más bien habría que entenderla hoy en calidad
de proyecto tanto de cultura como de gestión. Proyecto es una palabra que bien
integra los motivos arquitectónicos tradicionales de hacer ciudad, como son
manejo de unos volúmenes y la luz sobre un espacio y sus estilísticas, con lo
novedoso de ahora, que consiste en consolidar un paradigma temporal para
definir la ciudad más bien en cuanto a recorrido ciudadano.
En Estados Unidos más del 50 por 100 de
las ciudades se hacen siguiendo los «largueros » de las carreteras con
referencia a algunos puntos focales, como centros comerciales, centros
académicos o emporios industriales o aeropuertos regionales, entre los cuales
se elevan viviendas suburbanas. Pero este recorrido por el «larguero» se puede
asimilar a la ciudad del aire, esa otra que pasa por las redes telemáticas y
que se sobrepone a la física para intervenirla y temporalizarla como nunca
antes. La ciudad como proyecto querría decir que existe más en la mente que en
un centro geográfico. Quiere decir que vivimos una descentración de las
ciudades al mismo tiempo que se hacen esfuerzos por recuperar los centros
históricos. De modo provisional puedo decir que la ciudad es hoy día un
proyecto posturbano y que su definición va más del lado del sujeto que la vive
que del espacio en que se la construye.
En consecuencia, se ha vuelto importante
el estudio de los imaginarios urbanos, los cuales se preocupan por descifrar
los croquis ciudadanos antes que los mapas físicos de las ciudades. Los
imaginarios urbanos estudian la puesta en escena de deseos ciudadanos.
La ciudad siempre ha estado en deuda con
el teatro y lo sigue estando. Escenificar quiere decir hacer visible por
cualquiera de los medios en que hacen la representación urbana.
Sólo que al ser una teoría tanto del
teatro, sus polifonías, como del deseo, sus anhelos y frustraciones, se parte
de que tales visibilidades son complejas. El deseo, más que cualquier otro tema
humano, se presenta enmascarado. En ocasiones sale, digamos, «puro» a la luz
pública y en otras se expresa más bien de maneras desplazadas. Estudiar la
ciudad desde los imaginarios nos lleva a incluir en el patrimonio urbano muchas
«irracionalidades» urbanas que salen de una lógica marcada por la historia de
la ciudad occidental, renacentista o perspectivística o de la lógica del
capital que hizo la ciudad industrial para entrar en definiciones de simbología
más local.
Así, cada ciudad la vemos construyendo
su propia urbanidad. Hace unos años se podía decir que las ceremonias quechuas
o aimaras que toman las calles de La Paz correspondían a muestras de residuos
provincianos o campesinos sobre la vida urbana «auténtica» pensada desde
modelos imperativos. Hoy las entendemos como una de las maneras de ser urbanos
los paceños. En ese sentido, también se descubre en esta mirada una vocación
democrática y política hacia un reconocimiento por las fronteras
interculturales.
Si proponemos el término imaginario lo
hacemos para aludir a una producción mental de los ciudadanos que marcan el modo
de usarla. Trabajamos en nuevas técnicas de análisis sobre soportes imaginarios
y sobre un régimen de percepción ciudadana donde los ciudadanos se expresan,
como diría Metz para el cine, «bajo una suspensión temporal de la verdad».
Claro que agrego algo: esa tal suspensión, ese régimen imaginario de los
ciudadanos, se constituye en el filtro cognitivo desde donde se usa o se evoca
la ciudad, los dos grandes capítulos hacia donde apuntamos.
Lo anterior conlleva a una nueva
caracterización del sujeto urbano. Sería así aquel portador de marcas de
enunciación de modos de ser urbanos en cada región. Uno se expresa como
representante de algún modo urbano y en esto se puede coincidir con modos
internacionales o modos especialmente locales de ser urbano. Uno puede
«deslocalizarse» en Internet y allí mismo volver a localizarse en red con
usuarios que nos identifican bajo la coincidencia de ser de los mismos. El
catalán J. Echevarría, interesado por la ciudad telemática, dice que no es
cierto que todos en Internet vamos a terminar hablando inglés. Más bien estamos
asistiendo a la libre convivencia de múltiples lenguas, incluso de las más
reducidas en extensión, como algunas lenguas indígenas en América Latina con
comunidades hablantes muy reducidas, pero que usan Internet como los «Wvas» en
parte del Amazonas, o bien se usa Internet para expresar las más íntimas
experiencias como las sexuales entre «chateadores» apasionados.
El sujeto urbano de hoy, así, responde
más a una desterritorialización de los espacios sociales para ganar en una
«reterritorialización» de sus emociones individuales. Dentro de esta dialéctica
se están dando varias luchas ciudadanas por ganar para la colectividad lo que
se dispone hacia la exasperación del deseo individual. Esa lucha entre un
sentido público ciudadano a lo Habermas y otro de la expresión del delirio por
la vida privada del riesgo y el consumo que recuerda el también alemán U. Beck.
Es el mismo camino de varias corrientes de arte público que al salirse de los
museos para operar en la ciudad terminan proponiendo un arte público ciudadano.
Pero sus «intervenciones» más que espaciales son de naturaleza temporal.
Intervenir una parte de la ciudad, a la
manera de escultores como Buys o luego Christo, es intervenirla toda. Esto es el
«efecto mariposa» de los ecologistas. Si una mariposa toca la hoja de un árbol
interviene todo el bosque. Tiempo más que espacio.
En fin, nuestros estudios sobre culturas
urbanas desde la subjetividad ciudadana van dirigidos a todos aquellos que
deseen entrar en nuevos modos de entender la ciudad más a tono con el
pensamiento contemporáneo. Se puede decir que con esta tendencia de estudios de
ciudad pasamos de una ciudad de los arquitectos, que si involucraba al
habitante lo hacía de modo pasivo, y muchas veces en calidad de cliente, hacia
una ciudad de los ciudadanos donde hacer ciudad responde a un trabajo colectivo
en el cual las aspiraciones, las frustraciones y los deseos ciudadanos se
encuentran para pensar o evocar el futuro. De la misma manera, el proyecto le
da gran importancia a los medios y a la televisión o a la literatura y las
artes por sus relaciones con el hacer urbano.
La relación entre televisión y ciudad se
hace cada vez más estrecha, hasta el punto que se puede decir que la ciudad es
televisión. Se ha dicho por parte de R. Silverstone, en Inglaterra, que pasamos
de una sociología de clases a una de la pantalla. La pantalla de la televisión
es emblemática de las otras, las de los computadores, el dinero plástico y
demás. Varias de las actividades diarias se hacen cada vez más por medios
electrónicos y no cara a cara. La televisión comenzó la revolución de la
comunicación a distancia, no personalmente, pero sí manteniendo la
simultaneidad del tiempo de encuentro. Esto lo potencia al máximo el Internet.
La misma televisión se está transformando y pronto la tendremos ya en buena
parte interactiva con el televidente-ciudadano, lo cual lo comenzó el Minitel
en Francia ya hace unos años. También es cierto lo contrario: que vemos y
recorremos la ciudad como se asiste a la televisión. Los sociólogos
norteamericanos como Eduards Soho, Mike David o Dean MacCannell hicieron
popular la acepción de «Theme Parks» para hablar de ciudades inspiradas en
Disney que se recorren por temas, como son aquellos de «Adventur-land» o
«Micke-Castlle», como lo aprecia quien vaya a las ciudadelas Disney en
Arenheim, Los Ángeles. Es en ese sentido que las ciudades se vuelven temáticas,
copiando la programación de la televisión: «Shopping Center», «estaciones de
gasolina» o «ciudad Rosa y de la rumba», y así sucesivamente.
Pero, además de lo anterior, la
televisión pone a rodar representaciones de sexo, violencia, amor que luego
repiten los ciudadanos. El efecto de nuestras telenovelas de América Latina en
la forma de expresar los códigos culturales de amor en sectores medios y
populares es evidente. En las estadísticas que tenemos se puede decir que los
ciudadanos de toda América Latina le dedican un promedio de más de la mitad del
tiempo libre a ver televisión.
No se nos debe escapar que los medios
son tanto empresa económica como cultural. Hoy los medios los dirigen
ejecutivos antes que comunicadores dispuestos a darle al público lo que les sea
atractivo. Es interesante desde los estudios de los imaginarios observar las
representaciones de los medios en cuanto a sintomáticas de verdades más
profundas de la sociedad, inconfesables o desviadas. Por ejemplo, hasta donde
la carnavalización del cadáver, como fetiche de la muerte, que es la parte
central de todas las telenoticias, no corresponde a un goce perverso de la
sociedad que todos los días prende el televisor para ver el desfile de muertos
de las noticias diarias. La televisión, de esta manera, no sólo es una máquina
psicótica que no para de hablar, sino también el espejo cóncavo que oculta
mostrando lo contrario.
Pero la ciudad también es literatura. La
ciudad se encuentra desde muchas figuraciones y cada una responde a las
posibilidades de sus géneros y formatos. La fuerza subterránea que une a la
literatura y a la ciudad se fundamenta que en ambas el ser humano es el
protagonista de sus propias ficciones. Como ciudadano soy un ser de deseos y
como autor o lector de literatura viajo alrededor de lo que quisiera ser.
Escribir la ciudad es volverla escritura, hacerla entrar en la ficción desde el
sentimiento. Los estudios de la hermenéutica como los de P. Ricoeur reconocen
que el mérito de Freud consiste en haber llevado el lenguaje a la articulación
con el sentimiento y demostrar que la conciencia y sus justificaciones son una
mentira que se basa en fantasías de lo inconsciente. Que, a su vez, lo
inconsciente, como lo enfatiza el filósofo mexicano M. Beuchot, es otra
mentira. La cultura sería el resultado de este cúmulo de mentiras o ficciones y
los estudios sobre imaginarios una de las bases metodológicas más cercanas a la
verdad (porque hace efecto en nuestros cuerpos) de la fantasías ciudadanas. La
cultura como un sueño despierto que se expresa en muchos géneros. El grafiti,
por ejemplo, se encarga de pintar muros «diciendo lo prohibido socialmente». De
ahí su perversión. Escritura perversa. El grafiti dice lo que (oficialmente) no
debiera decir. Se opone a la publicidad, que, al contrario, dice todo lo que
hay que decir. Entre publicidad y grafiti se escenifican los escenarios
cotidianos como inscripciones visuales.
Entonces en esta visión que presento, el
sobrevalorar los símbolos urbanos sobre la arquitectura es una estrategia para
captar más al ciudadano que sus entornos físicos.
La hermenéutica se preocupa por lo que
está hecho de símbolos. Para los imaginarios, hemos dicho, nos interesa
estudiar los fantasmas urbanos. Una marca indescifrable de la ciudad con
distintos niveles de creación inconsciente. Fíjese que el infante aprende a
conocer los objetos a través de las designaciones del lenguaje y de los
significados que les da su cultura y sólo luego los objetos, secundariamente,
reciben su existencia natural. Se abre un importante capítulo sobre cultura e
inconsciente. A propósito, Juliet Flower acaba de lanzar una revista sobre este
gran campo intelectual: The Journal of Cultura and the Unconscious, en San
Francisco, en la cual participo. Se trata de indagar por las relaciones entre
memoria e individuo. El olvido no sólo es un hecho natural, sino que también
lleva una parte activa, y olvidamos porque así lo queremos: hay una fuerza del
olvido. Cada ciudad construye sus hitos de memoria social.
Acontecimientos que privilegian para
olvidar o recordar o distorsionar otros. Esos hitos pueden ser nuestros emblemas.
Las madres de mayo en Argentina se caracterizan no sólo por ser madres, sino
por no dejar olvidar un momento álgido de su historia reciente o por
transformarlo en otras energías sociales. Alrededor de ellas han surgido temas
urbanos de la nueva ciudadanía que se proyectan como imaginarios propios de la
vida diaria. Bogotá nace como ciudad moderna en 1948 cuando asesinan al gran
líder popular Jorge Eliecer Gaitán. La ciudad es destruida y emerge una nueva
de sus ruinas. Allí se ubica, en esa memoria fatal, el imaginario del
nacimiento de la violencia en Colombia hasta nuestros días.
Pero hablemos de algo menos dramático
emplazando otra simbología. La relación entre mujer bella, reina y construcción
de modernidad es algo de peso en la vida diaria en la Venezuela urbana.
Venezuela tiene el récord mundial de reinas de belleza. Son once hasta el
momento. Antes se reconocía su petróleo. Les cuento que la primera
participación democrática de voto popular se hizo en Venezuela en 1944 para
elegir una reina de un equipo de béisbol.
Hoy las «misses» tienen presencia
nacional indiscutible y operan como parte de un orgullo nacional que admite
algo que se hace bien, como lo fundamenta un estudio de Tulio Hernández (quien
me acompaña en esta mesa) y otros colegas caraqueños. En fin, los símbolos
colectivos representan puntos de encuentro de individuos que desde allí se
expresan. Por eso su poder social...
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Aquí termina la edición hecha para la clase. Si quieres saber más del tema, puedes encontrar los artículos completos y más en estos links:
Entrevista a Armando Silva:
Bogotá Imaginada:
Libro completo:
Etiquetas:
Armando Silva,
Cultura Urbana
jueves, 22 de noviembre de 2012
Para el día lunes 26 de noviembre de 2012 deben:
1) Hacer el deber que indiqué en clase (las instrucciones están detalladas más abajo donde dice: "Cultura Urbana - En Clase - Deber").
2) Leer los textos con la etiqueta CULTURA URBANA. Habrá control de lectura.
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